3.05.2012

Cuadro

Presionando el mechero del coche no podía dejar de mirar el brillo especial de la luz de la luna en la señal de stop, era tan potente la luz que le cegaba el camino. Delante sólo el humo del cigarrillo y un cambio de rasante cruzado por unas vías ferroviarias en desuso. Aun así quiso pararse. Aun así quiso apurar el cigarrillo esperando al tren.
Levantó la vista vista e intentó seguir el tendido hasta donde la luz rojiza le permitía distinguir. Sólo el sonido del motor y la armónica del flaco sonaba en aquella recóndita parada. Se sentía libre, el humo le ambientaba el coche y le abría el camino al infierno.

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