3.07.2011

Huracán

Ruge el huracán en la penumbra del silencio.
Busca su lugar tras aquella sólida roca resquebrajada por la lluvia de unas lágrimas.
Un poder oculto deja la luz de la mañana suspendida de los hilos pegajosos de tus previsibles caricias.
Quizá una lúcida traición trasnochada.
Manos sucias, dolientes, manchadas de impureza convierten mi mortal cuerpo en polvo de sueños.
Polvo somnoliento.
Ahora sólo queda quererse despacio para que los ríos desangrados vuelvan a su montañas. Y que la tierra cubra de verde el camino.

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