2.06.2017
En algún lugar lo leí
Cuando tu pierna navega por mis manos abriéndose al placer del tacto, todo tiende a relavtivizarse, a perder su postura real, a ser como un espejo.
Pero el silencio del tacto sigue ahí, tu piel frente a la mía, un encuentro deseado pero lejano en tiempo y espacio.
Abres tu boca para decir algo y yo te la lleno de mis besos, tus labios me recuerdan, saben qué hacer... les gusta mi boca...
Pero recuerda que tu pierna sigue navegando abierta hasta mi más profundo calor, se busca a sí misma en ese espejo y a mi deseo, mente y cuerpo, así son los amantes.
No contaré el final porque supondría saber quién es ella y él, y quién soy yo. Además corremos el peligro de cerrar el deseo de esta pareja que se buscan y desean en el silencio, silencio que ha mudado la pasión al tejado.
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