Ese día levanté la cabeza y un terrible reflejo me contestó que no es el camino, que tengo que mirar y esperar, espero que hace él, espero su sentencia, ¿por qué esperar y no ir a por él?
Sólo es un reflejo propio, una luz interna que se mira en un espejo moteado de complacencia.
Agua, agua para limpiar y crear caminos de agua para flotar, para alcanzar la otra orilla.
Este es el camino y el reflejo debe tener mirada líquida para inundar cada rincón de ti.
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