9.16.2010

Café y sernik, por favor.

Lento y desordenado buscaba formar su pirámide de libros.

Su barba piramidal invertida y canosa dejaba escapar mecánicamente palabras tantas veces dichas anteriormente que suenan ya cansinas en su boca. Se podría decir que es un metódico vendedor de letras que se esconden en distintos libros de diferentes lenguas, entre hojaldradas hojas, añejas de humedad y pesadez de años.

Repasando y acariciando una y otra vez el lomo de sus ventas consiguió una bien organizada pirámide con la que podría aventurarse sin miedo a una prolífica venta vespertina. Pero en ese instante vuelve sobre sus pasos, suelta ceremoniosamente la pirámide alfabética y sin dejar de mirarla introduce sus manos en aquel cofre de cartón piedra y rescata del fondo una colección de vinilos. Probablemente pensamos en lo mismo, la venta sin una buena canción ambiental no es lo mismo.

Con el mismo respeto que con las letras amarillentas, colocó uno por uno los discos, que estos sí, conservaban el colorido de tiempos mejores, portadas que triunfaron en los años complicados del Telón de Acero.

Y ahora sí que nuestro veterano vendedor pudo coger su piña y visitar a los compradores. Café para los posibles lectores y esperanza en la mirada de nuestro personaje. Ahí estuvo navegando entre mesas, sillas, sillones.

Cuando quedó fuera del alcance de mi vista reparé en el vehículo en el que transportaba la cultura que en otrora época se cuidó de recoger en su casa.

Quizá nunca pensó que el final sería éste.

Pero como decía al principio él es un personaje lento y metódico pero con un toque de resolución y su transporte y el de su mercancía no se podrían hacer de otra manera que en bicicleta; roja, por su puesto.

Sin ventas y al igual que el proceso preparatorio, el de retirada se produjo en silencio, en una escalada de movimientos mecánicamente previstos.

Silencio.

Un cuadro de imágenes donde la estampa supera la realidad o la necesidad de nuestro personaje. Él y su cotidianeidad convertidos en segundos de lectura, al menos alguien le leerá esta tarde.